Reiki
REIKI
Palabra sánscrita que significa REI, (energía universal) y KI, (energía vital que posee todo ser viviente). Es una técnica de canalización y transmisión de energía, que se utiliza para obtener paz y equilibrio en todos los niveles: Físico, Emocional, Mental, Espiritual.
El Maestro actúa como canalizador de la energía universal y su objetivo es re-armonizar y desbloquear todos los niveles que han enfermado. No agrede al cuerpo de ninguna manera y tampoco crea adicción ni efectos secundarios.
Ha sido oficialmente reconocido y recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por sus resultados positivos.
Para qué sirve y sus beneficios
- Liberar emociones reprimidas.
- Aumentar el nivel energético, proporcionando vitalidad física y anímica.
- Revitalización orgánica y rejuvenecimiento de todo el organismo.
- En la mayoría de los casos, Reiki aumenta los efectos del tratamiento médico cuando se usa en unión con él, nunca reemplazándolo.
- Provocar un estado de relajación reduciendo o eliminando la ansiedad.
- Aliviar el sufrimiento así sea físico, emocional, mental o espiritual.
- Ayuda a eliminar el estrés diario al que somos sometidos por las exigencias de la vida actual.
- Migrañas, depresión, dolores menstruales, estreñimiento.
- Ayuda a limpiar el organismo y la mente de todo tipo de toxinas.
- En el caso de pacientes en fase terminal, puede dar alivio tanto a la persona afectada como a su grupo familiar.
- Embarazo y post parto.
- Facilitar el sueño y disminuir el abatimiento.
- Trastornos alimentarios (bulimia y anorexia).
- Puede ser usado para ayudar animales y plantas.
Para acceder a Reiki no hace falta estar enfermo, cualquier persona puede recibirlo.
Cómo es una sesión de Reiki
Una sesión de Reiki puede durar aproximadamente cuarenta y cinco minutos, el paciente permanecerá acostado en una camilla, descalzo y vestido. Durante la sesión se utiliza música suave en un ambiente tranquilo.
Se colocan las manos sobre una serie de ubicaciones en el cuerpo llamados chakras y la Energía Reiki fluye.
Durante un tratamiento, se siente una relajación profunda, una gran sensación de paz. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada en el resultado final, algunas sienten un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del cuerpo según fluye la energía, otras personas ven colores, experimentan una sensación de «flotar» o sienten emociones que salen a la superficie y otras no sienten nada y no por ello el Reiki no está funcionando.
Muchos pacientes tras recibir sus primeras sesiones experimentan unos cambios que pueden resultar molestos. Es habitual que en los días siguientes a la sesión se puedan tener sensaciones extrañas. Esto es lo que se llama una crisis de sanación.